INFORME
ESPECIAL
Pesca ilegal: incidentes de pesqueros
soviéticos y búlgaros con buques de la Armada Argentina (1977)
Por Mariano Agostini, editor del blog
A fines del mes de septiembre /
principios de octubre de 1977 tuvo lugar en el Mar Argentino una serie de
incidentes entre pesqueros extranjeros y buques de la Armada Argentina dentro de las 200 millas de aguas
jurisdiccionales nacionales. Como resultado de estos sucesos fueron apresados 7 (siete) buques pesqueros de arrastre / factoría con bandera de la Unión Soviética (U.R.S.S.) y 2 (dos) pesqueros
de arrastre / factoría de bandera de Bulgaria, siendo elevadas por Cancillería las correspondientes protestas formales a los respectivos gobiernos. Fue un hecho excepcional con pocos antecedentes, que
delataba el creciente interés de países extranjeros por los abundantes y ricos
recursos ictícolas del Atlántico Sur. Aquí en resumen de esos hechos acaecidos
hace ya 35 años atrás.
Esta cuadro muestra los nombres de los pesqueros capturados en los incidentes relatados, su bandera y la fecha de su aprehensión
El Contexto
A comienzos de la década del ´60
comienza a advertirse en el litoral marítimo la presencia cada vez más
frecuente de buques pesqueros de flotas extranjeras en el Atlántico Sur,
especialmente de la U.R.S.S.,
Polonia, Alemania Democrática (RDA) y
Japón. Esta actividad de captura por parte de buques extranjeros se realizaba
con pocas restricciones ya que en ese entonces el Mar Territorial Argentino
abarcaba solo la zona comprendida hasta 3 millas náuticas contadas
desde la costa (poco más de 5,5
km). Se calcula que más de 200 pesqueros operaban
anualmente en el Atlántico Sur y que incluso muchos de ellos ni siquiera respetaban el
límite de las 3 millas.
Esta actividad de pesqueros rusos
y de los países de Europa del Este se incrementa todavía más con la
construcción del importante y moderno puerto pesquero en La Habana, Cuba, financiado
por la Unión Soviética. Su
construcción comienza en 1963 y se extiende por tres años, sirviendo, una vez
concluida las obras, de base logística y de operaciones de la flota pesquera
soviética en el Atlántico. Ya en diciembre de 1966 el Ministerio de Relaciones
Exteriores de Argentina eleva una protesta formal al Embajador soviético por la
presencia cada vez más frecuente de pesqueros soviéticos en aguas argentinas.
Ese fue uno de los motivos que lleva a que el 29 de diciembre de 1966 se sancione y promulgue la Ley 17.094 por la cual se
extendía la soberanía nacional sobre el Mar Argentino hasta una distancia de 200 millas náuticas de
la costa, medidas desde la línea de las más bajas mareas (Con excepción de los
Golfos San Matías, Nuevo y San Jorge, en que la medición se efectuaba desde la
línea que une los cabos que forman sus bocas de acceso). Esta ley es publicada
en el Boletín Oficial del 10 de enero de 1967 entrenado inmediatamente en vigencia. Se
extienden de todas formas permisos temporales de pesca (de tres meses
renovables en un principio) a buques extranjeros contra pago de una tasa, para realizar
capturas entre las 12 y las 200
millas, otorgándose unos 40 a pesqueros soviéticos
durante el primer trimestre de 1967. Pero
tiempo después, hacia fines de 1967, el Gobierno Argentino anunció mayores
regulaciones, con licencias y tasas estipuladas por tipo de buque pesquero
(de arrastre, congelador, procesador-factoría, etc.) y mayores controles. Negándose los soviéticos a aceptar las nuevas condiciones retiran su flota más allá de las 200 millas.
<< Tabla de capturas de pesqueros soviéticos en el Atlántico Sur entre los años 1965 y 1976.
(Fuente: Marine Fisheries Review)
En junio de 1968 sin embargo dos (2) pesqueros de arrastre soviéticos fueron descubiertos dentro de las 200 millas e
interceptados por buques de la Armada
Argentina. Tras no acatar la voz de alto, se efectúan disparos intimidatorios y finalmente los pesqueros deponen su actitud y son conducidos a puerto. Esta muestra de firmeza hizo que por un tiempo no se
produjeran nuevas incursiones y que gran parte de la flota soviética se
dirigiera a aguas uruguayas y brasileñas con menores restricciones operativas, pero al disponer también estos países latinoamericanos, poco tiempo después, la extensión de sus
aguas territoriales a 200
millas, esta solución resultó de muy corto plazo.
Los pesqueros soviéticos
continuaron sin embargo operando en aguas del Atlántico Sur pero su nivel de actividad (como lo demuestran
las estadísticas de capturas -ver tabla-) fue decreciendo notoriamente comparando la de los años 70 con respecto a
la década anterior.
Primer incidente. Miércoles 21 de
septiembre de 1977
A mediados de septiembre de 1977
surgen informes de prensa, realizados en base a relatos de pescadores y
hombres de la marina mercante, que dan cuenta de frecuentes avistamientos
de buques pesqueros extranjeros realizando sus actividades de captura frente a las costas patagónicas.
Esto alerta a las autoridades nacionales que
disponen el inmediato patrullaje y vigilancia de la zona por aire y por mar.
El 21 de septiembre, un avión de exploración de la Aviación Naval descubre un
grupo de 9 (nueve) pesqueros extranjeros operando 130 millas al este de
Cabo Dos Bahías. Seguidamente se da el alerta a los buques de la Flota de Mar destacándose a la
zona a los destructores ARA “Rosales” (D-22), ARA “Seguí” (D-25), ARA “Py”
(D-27) y ARA “Piedrabuena” (D-29).
Aunque los pesqueros descubiertos no
enarbolan bandera alguna en sus mástiles, son identificados rápida y
positivamente como soviéticos por sus rojas chimeneas contra las que se
recorta claramente el símbolo amarillo de la hoz y el martillo.
>> Detalle del esquema aplicado sobre la chimenea de los buques pesqueros soviéticos de la época (Fuente: nwilsonphoto.com / Autor: Nicholas Wilson)
Al acercarse a los pesqueros rusos, se ordena mediante señales desde los destructores argentinos que paren sus máquinas para
proceder a su registro. Al rehusarse y continuar su navegación, comienzan a realizarse disparos de advertencia desde unos 600 metros de distancia. Se inicia de este modo la
persecución de los buques infractores, lográndose finalmente el apresamiento de cuatro (4) de ellos
(cinco lograron evadirse) identificados como: “Bussol”, “Apatit”, “Teodor Nette” y “Magnit”.
<< El pesquero soviético "Bussol" varado en una playa previo a su desguace en 2005.
(Fuente: shipspotting.com / Autor: Zahan)
>> El pesquero soviético "Apatit" tal como lucía
cuando operaba con
bandera de la U.R.S.S.
(Fuente: shipspotting.com / Autor: Capt. Jan Melchers)
<< El pesquero soviético "Magnit" otro de los infractores capturados el 21/07/77.
(Fuente: shipspotting.com / Autor: Malcom Cranfield)
La tarea de las dotaciones de
presa de los destructores no resulta fácil por dos motivos: el agitado estado del mar y la
nula colaboración de los pescadores soviéticos en el momento de realizar los abordajes. Los
pesqueros capturados son escoltados por los destructores hasta las inmediaciones de
Puerto Madryn, adonde arriban el 22 de
septiembre pero, los Capitanes soviéticos se niegan a ingresar a
puerto y fondean en el Golfo Nuevo a 2 km de la costa. También se
niegan a comparecer ante las autoridades de la Prefectura Naval,
pero poco después deponen su actitud gracias a las gestiones del Cónsul de la U.R.S.S. en la Argentina, Kostatin
Bejinsky, que también los convence de amarrar en puerto, cosa que hacen efectiva el domingo 24 de septiembre.
El Gobierno argentino, a través
del Capitán de Navío Gualter Allara, subsecretario de Relaciones Exteriores,
entrega una nota de protesta al Ministro Guennady Sazhenev, encargado de
Negocios de la Unión Soviética
en Argentina, donde se hace saber “la sorpresa y el desagrado por la
actividades de los pesqueros soviéticos que implican la inobservancia de las
disposiciones en materia de soberanía sobre los espacios marinos y el régimen
de pesca”. Asimismo se insta al Gobierno soviético a “adoptar las medidas
necesarias para que en el futuro se evite la repetición de episodios de esta
índole”.
El Cónsul de la Unión Soviética en Buenos
Aires, Constantin Berjvnski, rápido de reflejos contesta que su gobierno “no ha tenido
participación alguna en el incidente provocado por los pesqueros de mi país” y que dado que “los barcos pertenecen a 2 compañías, las autoridades de éstas son
responsables por la actitud de sus tripulaciones”.
Tras las actuaciones
correspondientes se procede al decomiso de la mercadería en poder de los buques
capturados que asciende a 2.252 toneladas de pescado y 85 toneladas de harina de pescado (ver desglose entre pesqueros en cuadro al pie)
(Fuente: Marine Fisheries Review)
Segundo incidente. Lunes 26 de
septiembre de 1977
Apenas cinco días después del
primer episodio, y cerca de la misma zona, el destructor ARA “Rosales” (D-22)
descubre e intercepta al pesquero de bandera soviética “Nerey”. Esta vez la
captura se desarrolla sin demasiados sobresaltos siendo el pesquero escoltado
hasta Puerto Madryn donde estaban amarrados los buques infractores capturados el 21 de septiembre.
Este incidente motivó una segunda
nota de protesta del Gobierno argentino al de la Unión
Soviética, que es entregada por Cancillería al encargado de
Negocios de la U.R.S.S.,
Guennady Sazheney. En la misma se solicita nuevamente de forma enfática que
“cesen las operaciones de los buques pesqueros cuyas actividades infringen la
legislación argentina sobre los espacios marítimos y sobre el régimen de pesca”.
<< El pesquero "Nerey" con el esquema de la Federación Rusa tras la disolución de la U.R.S.S.
(Fuente: fotoflite.com)
Tercer incidente. Sábado 1º de octubre de 1977
Poco después de la medianoche del
1º de octubre, 170 millas
mar adentro, frente a la costa de Comodoro Rivadavia, buques de la Armada Argentina detectan la
presencia de al menos 19 (diecinueve) buques pesqueros extranjeros operando en infracción
dentro de las aguas jurisdiccionales nacionales.
De forma inmediata se imparte a
los pesqueros en infracción la orden de detener sus máquinas para posibilitar el
abordaje de las dotaciones de presa y registro de los navíos de guerra argentinos.
Un pesquero de bandera soviética,
el “Frans Hals” obedece rápidamente la orden emitida desde el crucero ARA
“General Belgrano” (C-4) y detiene sus máquinas en forma casi inmediata. El resto de
los "pesqueros de la flotilla" hace caso omiso a la orden de detención impartida y pone proa hacia aguas
abiertas buscando escapar de los destructores argentinos que inician su persecución en procura de interceptarlos.
>> El "Frans Hals" encallado en la playa de Biarritz durante una tormenta en 1996 (Fuente: shipspotting.com / Autor: Pasteca)
El pesquero soviético “Prokopyevsk”
intenta evadirse, pero luego de efectuarse los primeros disparos de advertencia, detiene su
marcha siendo interceptado por el
destructor ARA “Seguí” (D-25).
>> El "Prokopyevsk" fotografiado desde el ARA "Seguí" (D-25) durante la captura del 1º de octubre de 1977 (Fuente: zonamilitar.com / Colaborador MMWA)
También buscan evitar su captura 2 (dos) pesqueros de
bandera búlgara, el “Aurelia” y el “Ofelia”. Inmediatamente se dispone su
interceptación saliendo en persecución los destructores ARA “Piedrabuena”
(D-29) y ARA “Py” (D-27). Al persistir los pesqueros búlgaros con su actitud evasiva se comienzan a efectuar disparos intimidatorios delante de sus proas.
>> El pesquero búlgaro "Ofelia" ya tenía antecedentes de violación de aguas jurisdiccionales. Esta foto de 1976 lo muestra cuando fue sorprendido en aguas de los EE.UU. por la US Coast Guard (Fuente: Marines Fisheries Review)
La falta de respuesta
satisfactoria a dichos disparos, hace que el ARA “Piedrabuena” (D-29) realice (previa autorización del Comandante en Jefe de la Fuerza) fuego directo sobre
el pesquero búlgaro “Aurelia”, que recibe tres impactos a la altura de la proa y
detiene finalmente sus máquinas. Misma acción se realiza desde el ARA “Py” (D-27) sobre el otro pesquero
evasor búlgaro, el “Ofelia”, con idéntico resultado final, su aprehensión por
parte del buque argentino.
A diferencia de lo ocurrido en incidentes anteriores, en éste se producen lamentablemente víctimas y heridos. A causa de los impactos de artillería sobre el “Aurelia” uno de sus tripulantes, identificado como Néstor Ivanov Tulev resulta gravemente herido en sus miembros inferiores, debiendo ser evacuado de emergencia por un helicóptero de la Armada Argentina. Trasladado inmediatamente al portaaviones ARA “25 de Mayo” (V-2) es sometido a una intervención
quirúrgica de urgencia para intentar evitar la amputación de su muy comprometido miembro inferior derecho. Se presentan también otros heridos entre la tripulación del pesquero búlgaro pero de menor
consideración. Por su parte (3) tres suboficiales de la Armada Argentina que formaban
parte de la dotación de presa enviada desde el ARA “Seguí” (D-25) para abordar y registrar al
pesquero soviético “Prokopyevsk”, caen al mar desde la lancha que los
transportaba (La misma da una vuelta campana tras un fuerte impacto con la banda de
babor del pesquero producto del intenso oleaje en la zona. Otras fuentes indican que la razón fue un movimiento repentino del pesquero soviético que no llegó a advertirse a tiempo). A pesar de que se
organiza de inmediato una búsqueda intensiva, no se logra dar con sus cuerpos. La Armada Argentina informará luego que los tres
desaparecidos son: Cabo Carlos González (Operaciones), Cabo Ponciano González (Artillero) y Cabo
José Burak (Maquinista).
>> Los fallecidos de la Armada Argentina: CPOP Carlos González, CPAR Ponciano González, CPMQ José Burak (Fuente: zonamilitar.com.ar / Colaborador MWAA)
<< Maniobra de una lancha
del ARA "Seguí" (D-25)
(Fuente: zonamilitar.com.ar /
Colaborador MMWA)
El “Frans Hals”, el “Prokopyevsk”
y el “Ofelia” (con algunas averías que dificultan su navegación) arriban
escoltados por los destructores argentinos a Puerto Madryn al día siguiente. El
“Aurelia” que se lleva la peor parte y
resulta con daños importantes queda al garete por lo que debe que ser remolcado
hasta puerto por el aviso ARA “Francisco de Gurruchaga” (A-3).
Una vez en Madryn se dispone la custodia de todos
los buques capturados, amadrinando a ellos una embarcación de la Armada Argentina y ubicando otra en la zona de acceso al puerto. También se destaca personal armado a los pesqueros y en los
muelles de atraque para controlar el movimiento de las dotaciones. Como "nota de color" cabe destacar que entre
las tripulaciones soviéticas y búlgaras se contaban varias mujeres, llegando en
algunos casos a ser el 10% de la dotación de los pesqueros (algo habitual en los buques de estas procedencias).
<< Mapa que muestra las zonas donde se llevaron a cabo las capturas relatadas (Fuente: Marine Fisheries Review)
Este nuevo incidente motiva la
tercer nota de protesta dirigida al Gobierno de la Unión Soviética y la primera destinada al Gobierno de Bulgaria. Son citados a comparecer a
Cancillería los representantes diplomáticos de los países en cuestión, el
encargado de Negocios de la U.R.S.S.,
Guennady Sazhenev, y el embajador de Bulgaria, Christo Georguiev, que
reciben en mano del secretario de Relaciones Exteriores, Capitán de Navío Gualter Allara,
sendas notas de protesta.
En la misiva enviada a los soviéticos
se recalca que era la tercera oportunidad en la que se protestaba por incursiones de
pesqueros de la U.R.S.S.
sin autorización en aguas jurisdiccionales y se deja asentada la “más formal y
enérgica protesta” del Gobierno Argentino, reiterándose “la necesidad de que el
Gobierno de la U.R.S.S.
tome las medidas pertinentes para que los buques de su bandera no violen la
jurisdicción ni exploten indebidamente los recursos naturales del Estado
argentino, hechos que podrían derivar en consecuencias lamentables y no
deseadas”. Por su parte la nota enviada al Gobierno búlgaro señala “la
sorpresa y desagrado” por la presencia de pesqueros de ese país en el mar de
jurisdicción argentina y condena la “actitud de desacato de los mismos a la
intimación por parte de las unidades de la Armada Argentina de detenerse
para proceder a su visita y registro como es práctica internacional”. Del mismo
modo que con los soviéticos se requiere a Bulgaria la adopción de medidas
tendientes a evitar en el futuro hechos como el sucedido.
Toda la mercancía encontrada en
las bodegas de los 9 pesqueros (7 soviéticos y 2 búlgaros) es decomisada (no se precisan la composición ni tonelaje de la mercancía de los últimos 5 buques capturados). Gran
parte de la misma es adquirida por la empresa española Bajamar S.A. que irónicamente la transporta a su país en un buque soviético. Si bien no
se registra comunicación oficial sobre la multa impuesta a los armadores de lo buques
involucrados en estos incidentes, la ley argentina contemplaba en ese entonces cargos de hasta
u$s 100.000. Se cree que las multas fueron saldadas (o tal vez se llegó a algún
tipo de acuerdo) ya que entre el 9 y el 23 de noviembre los buques soviéticos
son reabastecidos y abandonan Puerto Madryn. Entretanto los dos pesqueros búlgaros zarpan recién el 1 de diciembre, luego de ser
sometidos a las reparaciones necesarias en sus cascos para permitir su navegación segura.
Los buques pesqueros extranjeros capturados y las embarcaciones de la Armada Argentina protagonistas de los hechos relatados
>> Crucero ARA "General Belgrano" (C-4) (Fuente: demedios5.com.ar)
>> Destructor "ARA Rosales" (D-22)
(Fuente: zonamilitar.com / Colaborador: MMWA)
>> Destructor ARA "Seguí" (D-25) (Fuente: histarmar.com.ar)
>> Destructor ARA "Py" (D-27) (Fuente: Colección Martín Otero)
>> Destructor ARA "Piedrabuena" (D-29) (Fuente: landroverclub.com.ar)
¿Influyeron cuestiones
políticas internas en el desarrollo de estos sucesos?
Este interrogante surge de
comentarios de los medios soviéticos de la época (sobre todo los cables de la agencia noticiosa oficial soviética Tass) a los que puede tildarse de parcialidad, pero cobra cierta fuerza si se toman en cuenta
también ciertos detalles que emanan de las crónicas de prensa argentina de esos días.
Lo que no deja lugar a dudas es
que la presencia de buques extranjeros en el Atlántico Sur era real (aunque fue significativamente menor que en el período 1966-1970), y que en
reiteradas ocasiones éstos habían traspaso el límite de las aguas jurisdiccionales
en procura de una mejor y mayor faena. Si bien de los partes e informaciones oficiales,
dados por válidos por medios extranjeros independientes, surge que estos
incidentes ocurrieron dentro de las 200 millas, los soviéticos siempre alegaron que no había
tenido lugar tal violación de las aguas jurisdiccionales y que todas las
acciones se desarrollaron fuera de ese límite, siendo una acción provocada y fraguada por los argentinos.
Quienes sostienen la postura de
que estos incidentes tuvieron como origen las pujas de poder internas del
Gobierno militar, señalan que todo fue pergeñado por el Almirante Emilio
Massera (miembro de la Junta Militar
en representación de la Armada Argentina)
a fin provocar la ruptura (o al menos el daño) de las relaciones
diplomáticas (y sobre todo comerciales) con la U.R.S.S. que en esos momentos se intensificaban.
>> Los medios Excelsior y El Día dan cuenta de la orden de Massera de abrir fuego contra los pesqueros rusos y búlgaros (Fuente: unla.edu.ar)
Recordemos que en esa época existía un contexto que perjudicaba la colocación de las exportaciones agropecuarias argentinas, producto de grandes restricciones en los mercados de colocación tradicionales (léase
Europa Occidental) por la instrumentación de políticas económicas
proteccionistas por parte de los gobiernos de los países europeos occidentales (fijación de aranceles a las
importaciones). Esto hizo que el Gobierno militar argentino y sobretodo su
equipo económico, dejando de lado razonamientos de tipo ideológico, adoptara
una actitud pragmática buscando nuevos mercados como los países de Europa del
Este y en particular la Unión Soviética.
Esta movida, que por supuesto contó con el apoyo de los hombres vinculados a la
actividad agropecuaria que veían una solución a sus problemas de colocación de granos, causó cierto resquemor en algunos militares como por ejemplo el
Almirante Emilio Massera.
Otro de los argumentos que apunta en este
sentido lo dan los propios medios nacionales, que refieren que ante la
desobediencia de los buques pesqueros soviéticos y búlgaros a las órdenes de
detención impartidas desde los destructores, el Comandante de la Flota de Mar, Contralmirante Jorge Isaac Anaya (sabiendo las implicancias políticas que podría acarrear realizar fuego directo sobre los buques infractores) solicitó instrucciones a su Comandante en Jefe, el Almirante Massera. Éste desde su despacho en Buenos Aires ordenó seguir las
acciones hasta las últimas consecuencias: “Hundirlos y rescatar el mayor número
de sobrevivientes” fue la lacónica respuesta que recibió Anaya y dejó a más de un marino estupefacto.
<< El Almirante Emilio Massera aborda el destructor ARA "Seguí" (D-25) durante la inspección de unas maniobras de la Flota de Mar (Fuente: zonamilitar.com.ar / Colaborador MMWA)
Es al menos llamativa la presencia
de periodistas a bordo de los buques militares argentinos que participaron en los incidentes (entre ellos los del diario
Crónica) que fueron testigos privilegiados de las acciones llevadas a cabo. También, entre los miembros
del Cuerpo de Cadetes de la Escuela Naval
que se encontraba a bordo de las embarcaciones de la Flota de Mar, se encontraba casualmente un
cadete, Alejandro Belikow, que hablaba perfectamente el ruso nativo y que fue convocado de forma inmediata por sus superiores para establecer contacto radial con los pesqueros soviéticos
en el momento de las acciones de captura.
Las consecuencias
Si bien se produjeron roces
diplomáticos a raíz de estos hechos, el asunto no pasó a mayores. Los pesqueros
soviéticos (que como se dijo anteriormente habían mermado su actividad en el
Atlántico Sur con respecto a la década anterior) redujeron aún más su actividad
y se limitaron a operar más allá de la milla 201, respetando las aguas
jurisdiccionales. Sentó también el precedente de una “nueva política” argentina (más allá de las consideraciones de política interna) en defensa de los recursos ictícolas de las aguas jurisdiccionales que no pasó
desapercibida por los pesqueros de otros países que operaban en la región,
generando un importante efecto disuasivo. En mayo de 1978, sin embargo, se registro otro incidente con buques pesqueros búlgaros que no pasó a mayores y concluyó con el ARA "Py" (D-27) escoltando a los mismos fuera de las 200 millas.
Los soviéticos por su parte montaron una base mantenimiento y logística para su Armada en Luanda (República de Angola) en 1977, que serviría además de punto de apoyo para protección de sus pesqueros. De todas formas no se volvieron a registrar incidentes de importancia y los pesqueros de ese origen regresarían
con mayor intensidad recién con el fin de la Guerra de Malvinas y el retorno de la democracia y gracias a los
“Acuerdos de Pesca” que el Gobierno radical suscribió con la U.R.S.S. (y casualmente con
Bulgaria el otro país implicado en los incidentes de 1977) en julio de 1986, y
que tuvieron como respuesta no deseada el establecimiento por parte del Gobierno
del Reino Unido de una Zona Pesquera Exclusiva (ZEE) de 200 millas en torno a
las Islas Malvinas.
Fuentes:
Marine Fisheries Review – April 1978
argentina-rree.com
maritime-connector.com
shipspotting.com
zonamilitar.com.ar
rusnavy.com
The Glasgow Herald, edición 03.10.1977
The Sidney Morning Herald, edición 03.10.1977
Unla.edu.ar (recortes periodísticos varios)
Diario ABC, Madrid, edición del 24.09.1977
Diario El Día, La Plata, ediciones 25, 26 y 28.09.1977 – 2, 3, 4 y 7.10.1977
Diario Excelsior, ediciones 23 y 24.09.1977 – 2 y 4.10.1977
Diario El Sol, ediciones 24.09.1977 y 2.10.1977
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