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Sale a remate el pecio del destructor ARA Santísima Trinidad (D-2)
El Servicio Administrativo Financiero de la Armada Argentina inició el proceso de subasta pública para el remate del otrora orgulloso destructor Tipo 42 ARA Santísima Trinidad (D-2) (DEST) hoy convertido en un pecio oxidado amarrado en un muelle perimetral de la Base Naval de Puerto Belgrano (BNPB).
Publicado ayer 13/09 bajo el número de proceso 38-0002-SPU23, expediente EX-2023-106602219 APN-DGAF#ARA y bajo la descripción "Venta de UNA (1) Unidad Naval en Condición Desuso”, lo que queda del DEST sale a remate con una base de $ 2.700.000,- y un monto mínimo de incremento establecido en $ 50.000,-. Los pliegos y bases de condiciones ya están disponibles, recibiéndose consultas hasta el 22/09 a las 12:00 horas y fijándose el acto de apertura de las ofertas para el 28/09 a las 10:00 horas.
El Santísima Trinidad, montado y ensamblado en AFNE Rio Santiago y veterano de Malvinas, navegó operativamente por última vez hace ya 34 años, en junio de 1989. A partir de ese momento, debido al embargo británico para la adquisición de componentes de ese origen tras la Guerra de Malvinas, comenzó a ser canibalizado para la obtención de repuestos destinados a mantener em servicio a su gemelo, el ARA Hércules (D-1). En 2020, 11 años más tarde, recibió el estatus de unidad en "receso temporario" y finalmente, el 20 de diciembre de 2004 el Estado Mayor General de la Armada decretó su baja definitiva.
Amarrado en la BNPB, el DEST se hundió el 20 de enero de 2013 producto de una avería en una tubería, que ocasionó una escora a babor de casi 80 % sobre su eje, y tocó fondo en la misma dársena. Un año después comenzó el proceso para ponerlo de nuevo a flote. En diciembre de 2015 el Servicio de Salvamento y Buceo de la Armada logró adrizarlo (recuperar la vertical) y devolverle flotabilidad.
Aunque mucho se habló de convertir al destructor en un museo flotante, que sirviera como homenaje a los caídos y veteranos ARA de la Guerra de las Malvinas, distintos motivos, entre ellos la falta de decisión política, el limitado presupuesto, el deterioro de la unidad y el alto costo que demandaría tanto su puesta en valor como su mantenimiento; la idea no prosperó y su destino final será el irremediable remate y desguace. Un triste final para unidad que en los 80' estaba tecnológicamente a la vanguardia y supo ser el orgullo de la Armada Argentina con su gemelo el ARA Hércules, ambos destructores escoltas de cobertura de defensa aérea para el portaaviones ARA 25 de Mayo (V-2).
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