INFORME
ESPECIAL
Los
frecuentes incidentes con pesqueros “gallegos” que poseen “licencia de pesca kelper”
Por Mariano Agostini, editor del blog
A modo de
introducción
A
fines de la década del ’80 se instala en la Comunidad Europea ,
y sobre todo en España (que ingresa a la misma en 1986), una fuerte
preocupación por la crisis de su industria pesquera. La misma estaba motivada entre
otros factores por la sobre oferta de buques pesqueros y el agotamiento de
los caladeros del Viejo Continente, África y el Atlántico Norte. La situación
“de paro” era notablemente crítica en los puertos de Galicia (Vigo, Ferrol y La Coruña ) donde esta
actividad significaba (y aún en nuestros días) la principal fuente de ingresos.
Es
así que comienzan a dirigir sus miradas hacia el apetecible Atlántico Sur, buscando la
solución a sus problemas en los importantes caladeros de la costa sudamericana. Si bien
comienzan sus tareas en aguas internacionales (fuera de las 200 millas )
presurosamente buscan establecer acuerdos de pesca que garanticen sus capturas más cerca de la costa.
Es así como se firma en 1993 (entrando en vigencia en junio de 1994) un Acuerdo
Pesquero entre Argentina y la Unión Europea
(del cual hizo uso y abuso casi
exclusivamente España) que permite la pesca dentro de las 200 millas , y que España -esta vez por motus propio- logra obtener 37 (treinta y siete) “licencias de pesca kelper” en la FICZ (Zona Exclusiva de Pesca
decretada por el Reino Unido) en 1987. Esto sin perjuicio de la continuidad de su actividad en
aguas internacionales ubicadas por fuera de las zonas mencionadas. Esta
presencia “gallega” (provienen sobretodo de esa región los pesqueros españoles) fue
incrementándose con el tiempo, lo que se tradujo en la radicación de importantes
empresas de la industria en Argentina (Pescapuerta, Pereira, Pescanova, entre otras) –pese a que en mayo
de 1999 pierde vigencia el Acuerdo Pesquero por la denuncia de Argentina- y la
obtención de mayor número de “licencias de pesca falklanders” (ver cuadro al pie), en una doble
jugada afín a los intereses económicos de la industria pesquera española, consentida por el "paraguas" del pragmatismo de las relaciones exteriores del Gobierno español.
El origen de
los incidentes
En
febrero de 2010, en una decisión de política exterior tendiente a ejercer
cierta presión e incomodidad a las flotas pesqueras que operan en aguas de
Malvinas con “licencia kelper”, el Gobierno argentino firma el Decreto 256/2010
que en su artículo 1º establece: “Todo buque o artefacto naval que se proponga
transitar entre puertos ubicados en el territorio continental argentino y
puertos ubicados en las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR Y SANDWICH DEL SUR, o
atravesar aguas jurisdiccionales argentinas en dirección a estos últimos, y/o
cargar mercaderías a ser transportadas en forma directa o indirecta entre esos
puertos, deberá solicitar una autorización previa expedida por la autoridad
nacional competente”.
Esto
obliga a los buques pesqueros “gallegos” a solicitar autorización, vía UHF a la Prefectura Naval
Argentina (PNA), para poder ingresar a aguas de la ZEE tanto al realizar la
navegación Malvinas-Montevideo (puerto base de sus descargas y logística) como
al hacer la travesía Montevideo-Malvinas en busca de los caladeros donde
faenan, o bien “realizar un rodeo” por aguas internacionales que supone un día
extra de viaje a fin de evitar a las autoridades argentinas. A pesar de optar (en general) por esta última vía para llegar a Montevideo deben transitar algunas millas por
la Zona Común
de Pesca argentino-uruguaya, trecho de navegación donde no pueden (o no podrían) negarse a ser interceptados e interpelados legalmente por naves patrulleras argentinas.
Así
desde la firma del decreto a principios de 2010 resultaron habituales las interceptaciones de buques de bandera española que operaban con
licencia de Malvinas de parte de unidades de la Armada Argentina y de la Prefectura Naval ,
pese a la protesta del lobby pesquero gallego (apoyado en cierta medida por su
Gobierno), la del Gobierno Colonial isleño y la del Gobierno del Reino Unido.
Esta presión sin embargo perdió cierta eficacia al no contar con el “apoyo real y efectivo”
(no solo el mediático y verbal) de los países miembros de UNASUR, y más precisamente de la República Oriental
del Uruguay, que obtiene grandes beneficios por los servicios portuarios
brindados en Montevideo a los buques extranjeros que operan en Malvinas con
“licencia kelper” (y también frente a nuestra costa patagónica), muy especialmente los pesqueros “gallegos” (1). Lo que muestra que cuando se trata de relaciones entre países priman más los intereses económicos que
razones de afinidad cultural y regional u orígenes en común.
A
fines del 2011 circulaba en los medios (españoles y británicos principalmente,
luego con replica en medios nacionales) la noticia de que, en el lapso de pocas
semanas, alrededor de 12 pesqueros de bandera española habían sido interceptados
dentro de la ZEE
sin haber solicitado la autorización previa de tránsito por aguas
jurisdiccionales, condición que era exigida a todos los buques que navegaran
entre las islas y el territorio continental de acuerdo a lo que establece el
mencionado Decreto Nº 256. Los titulares hablaban del “acoso”, el
“amedrentamiento” y el “hostigamiento” del que eran presa los pesqueros
españoles de parte de unidades navales argentinas de la Armada y de la Prefectura Naval ,
táctica mediática ya empleada por los españoles a mediados de los ’90 durante la llamada “Guerra del
fletán” (2) (3)
(1) Según publica el diario uruguayo “El País”
el monto que Uruguay recibe por la venta de los servicios portuarios en
Montevideo a la flota pesquera española asciende a la suma de u$s 240 millones anuales.
(2) Bajo este nombre se denomina una serie de
incidentes entre Canadá y España que tuvieron lugar en Marzo/Abril de 1995
producto de la reacción canadiense a la depredación pesquera de ejercida por
los españoles dentro de su ZEE y en los límites de la misma. Las interceptación de buques
españoles por parte de naves de la
Armada y Guardia Costera canadiense provocó la respuesta
española que consistió en el envío de un patrullero de alta mar, el P-74 "Atalaya" a la zona para protegerlos. (Los pesqueros españoles se han ganado probadamente la fama de "depredadores" en todo sitio donde han llevado a cabo sus capturas)
(3) En febrero de 2005 el armador del buque
pesquero español “José Antonio Nores” capturado por el guardacostas GC-27
“Prefecto Fique” por pescar ilegalmente en aguas de la ZEE ya se había pronunciado de
forma similar al denunciar una “campaña de acoso” argentina contra buques españoles. A comienzos de septiembre de 2013 se produjeron incidentes entre pesqueros españoles y patrulleras de la Policía de Gibraltar que la prensa ibérica tituló como "nuevo acoso...", "denuncian acoso..." y "Gibraltar retoma el acoso...". Como
se ve una expresión recurrente pro-victimización de la que hacen uso y abuso.
Los dos incidentes
de mayor difusión mediática
Incidente 1: El
sábado 17 de septiembre de 2011 el guardacostas Clase Halcón GC-24 “Mantilla”
de la Prefectura Naval
Argentina intercepta al pesquero de bandera española “Villa Nores” en aguas de la
Zona Común de Pesca argentino-uruguaya. El
pesquero español había zarpado del puerto de Montevideo (Uruguay) poco tiempo
antes y navegaba rumbo a los caladeros de Malvinas para efectuar su faena, ya
que era poseedor de “licencia de pesca kelper”. El guardacostas argentino
interpela al pesquero por vía radial y le informa que había ingresado sin
autorización a aguas jurisdiccionales argentinas. Al mismo tiempo ordena la
detención de su marcha para proceder a realizar su abordaje por una dotación de
registro. El capitán del buque español previa consulta con su armador no se
detiene y pone rumbo a aguas territoriales uruguayas evitando así ser registrado por el guardacostas argentino. Un avión de patrulla marítima Beechcraft Super King
Air de la Armada Uruguaya
escolta entonces al pesquero español por aguas seguras hasta su salida a aguas
internacionales, previo establecimiento de contacto radial con ambos buques
para evitar cualquier tipo de incidente mayor y tomando el registro de sus
posiciones. El “Mantilla” navegó en forma paralela a la derrota del pesquero
español vigilando que hiciera su travesía por fuera de las aguas
jurisdiccionales.
>> Zona Común de Pesca argentino-uruguaya
(Fuente: "Política pesquera..." C. Llerena)
>> Pesquero español de arrastre "Villa Nores"
(Fuente: insenaval.com)
Incidente 2: El
jueves 30 de agosto de 2012 la corbeta Tipo A-69 ARA “Guerrico” (P-32) de la División Patrullado
Marítimo (DVPM) de la
Armada Argentina interceptó a dos (2) pesqueros de bandera
española operando en la denominada Zona GAP (brecha / vacío), espacio medio entre la Zona
Económica Exclusiva (ZEE) y el límite con la Falklands Outer Conservation Zone (FOCZ), Zona de Conservación Exterior de las Islas Malvinas, una extensión de jurisdicción marítima que se adjudicó unilateralmente el Reino Unido el 22 de julio de 1994, que es rechazada y desconocida por Argentina.
El hecho en cuestión ocurrió en el marco de uno los habituales operativos de identificación y contabilidad de la flota pesquera que realizala Armada Argentina
en la ZEE y su área adyacente.
El hecho en cuestión ocurrió en el marco de uno los habituales operativos de identificación y contabilidad de la flota pesquera que realiza
Los
pesqueros involucrados, del tipo de pesca de arrastre “Playa da Cativa” y
“Playa de Sartaxens” pertenecientes a la armadora Moradiña (Pontevedra, España),
recibieron la orden desde la corbeta argentina de abandonar las aguas
jurisdiccionales, siendo la misma acatada de forma inmediata y sin mediar
inconvenientes, lo que no evitó que posteriormente se registraran airosas protestas de los españoles, del Gobierno Colonial de Malvinas y del propio Gobierno británico.
>> Pesquero español de arrastre "Playa da Cativa"
(Fuente: teescrachoya.blogspot.com)
>> Pesquero español de arrastre "Playa da Sartaxens"
(Fuente: hermanosgandon.com)
.
Repercusiones españolas en la web
Por los incidentes antes descriptos algunos en España (según puede leerse ciertos foros de internet) se plantean si el Gobierno de su país no debería enviar unidades navales para “proteger” a los pesqueros gallegos del “acoso” argentino. A pesar del balance poco redituable que resultaría una operación de ese tenor (el costo por el envío por ejemplo de dos -2- unidades militares superaría con creces el aporte que la actividad de estos pesqueros deja al fisco español), quienes están a favor plantean que hay cuestiones de “dignidad nacional” y “defensa de los intereses y las personas” (4) que están por encima de toda valoración económica. Se ufanan otros de que con una sola fragata de la Clase F-100 anularían a toda la Armada Argentina y también el accionar de la Fuerza Aérea.
Más allá del análisis sobre esta última aseveración que suena a simple bravata, pero que dado el estado operativo de las unidades de las FFAA podría tener algún viso de cierto, olvidan estos señores que en política internacional no todo se resuelve “a los tiros”, y lo que es más grave, omiten las consecuencias y reacciones que un proceder como el propuesto acarrearía, y no sólo de Argentina sino de todos los países miembros de UNASUR. Ignoran al parecer, que los pesqueros españoles, que transitan con “paso inocente” en la Zona Común de Pesca, lo hacen -en parte de su travesía- por aguas jurisdiccionales argentinas, por lo cual la autoridad competente (llámese Armada Argentina o Prefectura Naval) tiene derecho a realizar las inspecciones y registros que le venga en gana siempre que se cumplan los procedimientos de rigor en el marco de las leyes y los acuerdos internacionales (2). Si una unidad naval española ingresara en aguas jurisdiccionales argentinas con intenciones “poco amistosas” y buscando “entorpecer” o “impedir” el accionar de la autoridad argentina, el Gobierno español estaría cometiendo a mi modesto entender un gravísimo error de consecuencias y magnitudes impredecibles, que dañaría no sólo la relación de España con Argentina sino con el resto de los países sudamericanos.
(1) Se calcula que entre 500 y 600 españoles integran las dotaciones de los pesqueros que operan en aguas de Malvinas con "licencia de pesca kelper".
(2) Qué pensarían los españoles si naves comerciales argentinas sacaran provecho de la situación de posesión “de facto” que goza el Reino Unido sobre su reclamado Peñón de Gibraltar, y pasaran frente a sus narices con la mercancía allí obtenida. La comparación es odiosa y a la vez irreal, Malvinas es un territorio (marítimo e insular) mucho más rico que el de Gibraltar.
¿Qué está pasando hoy en día?
Los pesqueros gallegos no han renunciado a las licencias de pesca otorgadas por el Gobierno Colonial de Malvinas ni han dejado de recalar en Montevideo, puerto base de sus operaciones de descarga y logística. ¿Cómo se explica entonces que no hayan salido a luz nuevos incidentes en los últimos meses? Algunos dirán que siguen sucediendo eventos de esta naturaleza pero que los mismos no se difunden. Lo dudo, los propios españoles como hemos visto, son los principales interesados en la difusión de estos hechos y en “denunciar” la “persecución” de la cual son víctimas.
Me inclino a pensar entonces que los motivos pasan por otro lado. No se puede descartar algún acuerdo tácito o secreto -realizado por segundas líneas- para bajar los decibles de este conflicto de intereses por parte de funcionarios de los gobiernos españoles y argentinos. El primero buscando que los pesqueros españoles eviten en la medida que les sea posible el paso por aguas jurisdiccionales argentinas aunque esto les signifique más millas náuticas de navegación y una demora en su tránsito desde y hacia Montevideo, el segundo flexibilizando los controles sobre buques de bandera española en aguas de la Zona Común de Pesca para evitar roces que dañen la relación entre ambas países.
>> Zona GAP (brecha) donde ocurrió el incidente
(Fuente: "Política pesquera..." C. Llerena)
Repercusiones españolas en la web
Por los incidentes antes descriptos algunos en España (según puede leerse ciertos foros de internet) se plantean si el Gobierno de su país no debería enviar unidades navales para “proteger” a los pesqueros gallegos del “acoso” argentino. A pesar del balance poco redituable que resultaría una operación de ese tenor (el costo por el envío por ejemplo de dos -2- unidades militares superaría con creces el aporte que la actividad de estos pesqueros deja al fisco español), quienes están a favor plantean que hay cuestiones de “dignidad nacional” y “defensa de los intereses y las personas” (4) que están por encima de toda valoración económica. Se ufanan otros de que con una sola fragata de la Clase F-100 anularían a toda la Armada Argentina y también el accionar de la Fuerza Aérea.
Más allá del análisis sobre esta última aseveración que suena a simple bravata, pero que dado el estado operativo de las unidades de las FFAA podría tener algún viso de cierto, olvidan estos señores que en política internacional no todo se resuelve “a los tiros”, y lo que es más grave, omiten las consecuencias y reacciones que un proceder como el propuesto acarrearía, y no sólo de Argentina sino de todos los países miembros de UNASUR. Ignoran al parecer, que los pesqueros españoles, que transitan con “paso inocente” en la Zona Común de Pesca, lo hacen -en parte de su travesía- por aguas jurisdiccionales argentinas, por lo cual la autoridad competente (llámese Armada Argentina o Prefectura Naval) tiene derecho a realizar las inspecciones y registros que le venga en gana siempre que se cumplan los procedimientos de rigor en el marco de las leyes y los acuerdos internacionales (2). Si una unidad naval española ingresara en aguas jurisdiccionales argentinas con intenciones “poco amistosas” y buscando “entorpecer” o “impedir” el accionar de la autoridad argentina, el Gobierno español estaría cometiendo a mi modesto entender un gravísimo error de consecuencias y magnitudes impredecibles, que dañaría no sólo la relación de España con Argentina sino con el resto de los países sudamericanos.
(1) Se calcula que entre 500 y 600 españoles integran las dotaciones de los pesqueros que operan en aguas de Malvinas con "licencia de pesca kelper".
(2) Qué pensarían los españoles si naves comerciales argentinas sacaran provecho de la situación de posesión “de facto” que goza el Reino Unido sobre su reclamado Peñón de Gibraltar, y pasaran frente a sus narices con la mercancía allí obtenida. La comparación es odiosa y a la vez irreal, Malvinas es un territorio (marítimo e insular) mucho más rico que el de Gibraltar.
¿Qué está pasando hoy en día?
Los pesqueros gallegos no han renunciado a las licencias de pesca otorgadas por el Gobierno Colonial de Malvinas ni han dejado de recalar en Montevideo, puerto base de sus operaciones de descarga y logística. ¿Cómo se explica entonces que no hayan salido a luz nuevos incidentes en los últimos meses? Algunos dirán que siguen sucediendo eventos de esta naturaleza pero que los mismos no se difunden. Lo dudo, los propios españoles como hemos visto, son los principales interesados en la difusión de estos hechos y en “denunciar” la “persecución” de la cual son víctimas.
Me inclino a pensar entonces que los motivos pasan por otro lado. No se puede descartar algún acuerdo tácito o secreto -realizado por segundas líneas- para bajar los decibles de este conflicto de intereses por parte de funcionarios de los gobiernos españoles y argentinos. El primero buscando que los pesqueros españoles eviten en la medida que les sea posible el paso por aguas jurisdiccionales argentinas aunque esto les signifique más millas náuticas de navegación y una demora en su tránsito desde y hacia Montevideo, el segundo flexibilizando los controles sobre buques de bandera española en aguas de la Zona Común de Pesca para evitar roces que dañen la relación entre ambas países.
Fuentes Web
fis.com
nuestromar.org
cerir.com.ar
elpais.com.uy 01.07.13
abc.es edición 19.12.2011 / 02.09.2012
spanish.peopledaily.com
07.12.2011
revistapuerto.com.ar 05.09.2012
Otras varias
revistapuerto.com.ar 05.09.2012
Otras varias
Fuentes Bibliográficas
Malvinas, biografía de la entrega.
Cesar Augusto Llerena. Bouquet editores. 2009
Política pesquera para la soberanía argentina en el
Atlántico Sur y Malvinas.
Cesar Augusto Llerena. 2013
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