domingo, 8 de marzo de 2015



NOTICIAS ARA
Arribarían al país a mediados de 2015 los Avisos Neftegaz rusos adquiridos por la Armada Argentina

(Foto: thinkdefence.co.uk)

Una delegación de oficiales y suboficiales de la Flota de Mar de la Armada Argentina viajó a Rusia para familiarizarse con los 4 (cuatro) remolcadores de alta mar AHV Clase Neftegaz adquiridos el año pasado. Haciendo base en el puerto de Mursmank se procederá al alistamiento de los buques con miras a la travesía de al menos cuarenta días hacia su nuevo apostadero, la Base Naval de Puerto Belgrano (BNPB), viaje que está previsto ocurra a mediados de junio/julio de 2015. Durante esta etapa de alistamiento los marinos argentinos realizarán navegaciones junto a tripulantes rusos para conocer al detalle todos los aspectos técnicos y operativos de estas embarcaciones.

La incorporación al servicio de los Neftegaz traerá aparejada seguramente la radiación de servicio de los viejos avisos estadounidenses de la 2da Guerra Mundial que permanecen en actividad: el ARA “Alférez Sobral” (A-9), el ARA “Francisco de Gurruchaga” (A-3) y el ARA “Suboficial Castillo” (A-6), los dos primeros además veteranos de la Guerra de Malvinas. Hay que reconocer sin embargo que se trata de buques muy distintos en cuanto a capacidades, dimensiones y concepto se refiere.

Rol primario que desempeñarían en la ARA

Los Neftegaz cumplirían en la Armada Argentina el rol de unidades multipropósito de alta mar, efectuando misiones de patrullaje, búsqueda y rescate (SAR) y apoyo logístico en el Atlántico Sur, siendo las mismas extensivas a aguas antárticas gracias a que poseen un casco reforzado que les permitirá abastecer en forma secundaria a las bases antárticas durante las Campañas de Verano.

Versiones antojadizas y totalmente infundadas emanadas de la prensa sensacionalista británica daban cuenta el año pasado –cuando se hizo pública la noticia de la compra- de la posibilidad de que los buques pudieran ser utilizados por la Armada Argentina para obstruir la llegada al Atlántico Sur de las plataformas de exploración petrolífera enviadas por Gran Bretaña para la extracción de petróleo en aguas circundantes a las Islas Malvinas. No vale la pena ahondar en detalles con respecto a la escalada diplomática internacional que podría acontecer de llevarse a cabo una medida tan descabellada. Sólo resta decir que si el actual Gobierno argentino se queja de la “militarización del Atlántico Sur” por parte de Gran Bretaña, una acción de ese tipo lejos de minimizar la presencia militar británica la maximizaría dando una excelente excusa para una permanencia crónica con mayor potencial, una aspiración deseada por la Royal Navy y el lobby isleño pro-británico.


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