lunes, 4 de diciembre de 2017

LA TRAGEDIA DEL ARA SAN JUAN
La Fuerza de Submarinos ante su hora más difícil


Por Fuerzas de Defensa Argentinas (Facebook)
(Reproducción en este blog autorizada por el autor)


La tristeza por la pérdida del ARA “San Juan” y sus 44 tripulantes no debería impedirnos reflexionar sobre la situación que atraviesa el Comando de la Fuerza de Submarinos (COFS), el cual ha quedado virtualmente reducido a la nada desde el punto de vista operativo.


>> Una imagen que ya no será. El ARA "Santa Cruz", el ARA "San Juan" y el ARA "Salta" navegando juntos en superficie en Junio de 2014
(Foto: Martín Otero)

SITUACIÓN ACTUAL

Luego de la pérdida del ARA “San Juan” el Comando de la Fuerza de Submarinos quedó reducido a tan solo 2 (dos) unidades, ninguna de las cuales está hoy operativa. La primera de ellas es el submarino Clase IKL U209/1200 ARA “Salta”, está unidad fue incorporada al servicio activo en el año 1974 y su baja está prevista para el año próximo. La segunda unidad es el submarino Clase TR-1700 ARA “Santa Cruz”, esta unidad (gemela del ARA “San Juan”) se incorporó al servicio activo en el año 1984 y actualmente se encuentra siendo sometida a trabajos de mantenimiento general y cambio de baterías en las instalaciones del Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR), la fecha prevista de finalización de dichos trabajos es el segundo trimestre del año 2019.

A esto se debe sumarle la carencia de un buque de apoyo/rescate de submarinos, contar con un buque propio de estas características es vital como lo demostraron los recientes hechos de público conocimiento.

CONTEXTO

Si bien la tragedia del ARA “San Juan” hizo visible para la sociedad en general todas las carencias materiales y operativas que padecen las Fuerzas Armadas así como los miserables recursos que el Estado Nacional asigna a la defensa nacional no está claro si este impacto logrará ser duradero o tan solo pasajero y limitado a lo que dure en el ánimo social la consternación por lo ocurrido con el “San Juan” y sus tripulantes.

En un ámbito de crisis fiscal y donde la clase política no percibe a la defensa como un asunto prioritario es altamente improbable que el Gobierno Nacional esté dispuesto a invertir en adquirir nuevas unidades.

El submarino es un arma de carácter estratégico de enorme poder, el solo conocimiento de su existencia (siquiera su despliegue a determinada área) es suficiente para servir como elemento disuasivo ante eventuales oponentes, por desgracia, también es un arma costosa, con valores que oscilan entre los 400 y los 600 millones de dólares por unidad.
Es, se reitera, muy improbable que un gobierno reticente a efectuar inversiones mucho más modestas en materia de defensa esté dispuesto a destinar los recursos y a hacer frente al previsible costo político de efectuar una compra de este tipo.

POSIBILIDADES

Ante esta situación existen dos posibilidades, la primera es la fatal, que la pérdida del ARA “San Juan” haya sido un golpe mortal para la Fuerza de Submarinos y que la misma, sin recursos para nuevas unidades y con las actuales ínfimas en número y obsoletas, se encamine aceleradamente a su extinción.

La segunda es buscar una solución posible, que permita subsistir a la Fuerza de Submarinos con un nivel de operatividad decente hasta que existan las condiciones económicas y fundamentalmente políticas para un auténtico plan de reequipamiento.

La Armada Argentina junto con el CINAR tiene desde hace tiempo la intención de culminar la construcción del submarino Clase TR-1700 ARA “Santa Fe”, el mismo se encuentra almacenado en el CINAR con un grado de completamiento del 75% desde que su construcción se detuvo en el año 1987.

Los fundamentos para este proyecto son sólidos, para empezar los submarinos clase TR-1700 siguen estando entre los mejores del mundo en características tales como profundidad máxima operativa, autonomía, maniobrabilidad o velocidad en inmersión.

Esas características de base, junto con nuevos sensores y armamento así como la adopción de tecnologías de propulsión independiente de aire (AIP por sus siglas en inglés) transformarían al “Santa Fe” en una unidad igual o incluso más capaz que cualquier otra de la región, así mismo el costo de los trabajos está evaluado en entre 70 y 100 millones de dólares, solo una fracción de el costo de adquirir un submarino en el exterior.

Estos trabajos, que lógicamente se haría con el apoyo y supervisión de la empresa diseñadora de los TR-1700, o sea la alemana Thyssen, permitirían también al CINAR estar mejor preparado para encarar eventuales proyectos y trabajos futuros en el área pensando en el momento en el cual existan recursos y apoyo político para encarar una renovación completa de las unidades submarinas.

Así mismo podría aprovecharse la estadía del “Santa Cruz” en el CINAR para no tan solo efectuarle tares de mantenimiento general y cambio de baterías, sino también para efectuar una modernización completa de sus sensores y sistemas electrónicos, esto lógicamente encarecería el costo previsto de los trabajos, pero permitirá contar con una unidad completamente renovada cuando esta se reincorpore al servicio activo.

Respecto al ARA “Salta”, se debería hacer una evaluación técnica del mismo y considerar su empleo como unidad escuela o de instrucción, dado que si bien es completamente obsoleto para misiones de combate aún podría ser de utilidad para tareas de instrucción del nuevo personal.

Finalmente, podría ejecutarse el proyecto de transformar al aviso Clase Neftegaz ARA “Bahía Agradable” en un buque de apoyo de submarinos, esta alternativa ofrece la ventaja de no tener que destinar fondos a la adquisición de un buque para esta tarea, teniendo que destinarse recursos solo para la adquisición de equipamiento y para efectuar eventuales modificaciones en la nave.

Como se puede ver, acciones de este tipo distan mucho del ideal, pero justamente no se trata de lo ideal, sino de lo posible para evitar la eventual desaparición de uno de los componentes de la Armada, algo que hoy parece peligrosamente más cerca que nunca.