Por Mariano Agostini
CAPÍTULO 6. Pedido desde Malvinas para destacar
las lanchas rápidas a Puerto Argentino.
En forma paralela a las acciones antes
descriptas, y ante el ininterrumpido e intenso hostigamiento mediante cañoneo
naval al que se vieron sometidas las posiciones defensivas argentinas
establecidas en cercanías de Puerto
Argentino a partir del 1º de Mayo, y la falta de recursos como para
contrarrestarlo desde las islas, el Almirante
Edgardo Otero, Comandante de las fuerza navales en Malvinas, solicitó al Vicealmirante Juan José Lombardo, Comandante del Teatro de Operaciones del
Atlántico Sur (TOAS) el envío inmediato de las lanchas rápidas TNC-45 ARA “Intépida” (P-85) y ARA “Indómita” (P-86). Su idea era que las mismas hostigaran a las
fragatas británicas que se posicionaban frente a Puerto Argentino y las disuadieran de cañonear las posiciones,
sobretodo las que estaban en las inmediaciones del aeropuerto. Para cumplir
esta tarea, las lanchas rápidas contaban con torpedos filoguiados AEG SST-4 de 533 mm de 28 km y cañones bivalentes de
76mm y 40mm para contrarrestar potenciales ataques aéreos a cargo de aviones o
helicópteros enemigos. Aprovechando también la intrincada geografía costera que
presentaban las islas, se pensaba que podían ser muy útiles para efectuar
ataques sorpresivos desde caletas, bahías y otros accidentes geográficos
situados en las cotas del Estrecho de
San Carlos.
El pedido realizado por el Almirante Otero quedó en stand by para “ser estudiado” por el
Comando Naval del TOAS, pero días más tarde se le comunicó que había sido
desestimado, ya que tras realizarse el “análisis de aptitud, factibilidad y
aceptabilidad” se llegó a la conclusión de que Puerto Argentino no reunía las condiciones suficientes para el
sostén logístico que precisaban este tipo de unidades ante su eventual
despliegue. Además, pese a las declaraciones del embajador chileno asegurando
que "Argentina tiene las espaldas cubiertas", siempre se pensó que
Chile, además de proveer asistencia a Gran Bretaña, podría intentar la ocasión
para abrir un segundo frente en la zona cordillerana y en la zona de litigio en
el extremo sur, por lo que se priorizó el mantenimiento de esos medios en
reserva en Tierra del Fuego.
Un segundo pedido que se habría hecho para que
las lanchas crucen a Malvinas a fin
de operar ahora en el Estrecho de San Carlos y evitar la presencia de buques
británicos en el mismo, también fue descartado por los mismo motivos y por el
peligro que significaba internarse en la 200 millas de la ZET
y hacer el cruce. (la mayor parte de la flota estuvo confinada a
desplazamientos costeros en el continente luego del hundimiento del “Belgrano” y del ataque al “Alférez Sobral”). De todos modos, como
lo demostraría el hundimiento del CRBE, la permanencia por fuera del límite de la ZET no significa el estar a
salvo de algún ataque de naves de superficie o submarinos británicos, por lo
que las lanchas estuvieron en riesgo de todas formas aunque se quedaran
operando en las inmediaciones de Isla de los Estados.
Es materia de discusión que papel hubieran
desempeñado en las islas, por un lado las fragatas británicas que cañoneaban
impunemente los alrededores de Puerto
Argentino se sentirían amenazadas, pero por esta misma razón seguramente
hubieran sido el blanco predilecto de Harriers,
Sea Harriers y helicópteros armados
con misiles. Aunque no hubiera habido problemas en materia de abastecimiento de
combustible (de hecho las lanchas
guardacostas de Prefectura se valieron del que se encontraba en las islas
previamente al 2 de abril), hubiera sido seguramente problemático llevar
adelante con eficacia el soporte logístico y mantenimiento preventivo que las
lanchas necesitaban, sobre todo en un teatro en el que indudablemente tendrían
actividad continua. También es materia de debate que papel podrían haber
cumplido patrullando el Estrecho de San
Carlos con el fin de hostigar a los buques británicos que sin oposición
naval –pero sí aérea- realizaron incursiones en forma permanente. Y aquí surge
otra vez la controversia, ya que por un lado hubieran sido una amenaza para
esas embarcaciones británicas, pero al mismo tiempo un blanco prioritario a
batir.
Continuará...
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